CAPÍTULO VI
SECRETARIO DE AGRICULTURA Y FOMENTO 1940-1946

Álvaro González Pérez


La política agraria del gobierno de Ávila Camacho

A escasos días de haberse hecho cargo de los destinos de la nación, el Gral. Manuel Ávila Camacho expidió el decreto de parcelamiento de los ejidos (11 de diciembre de 1940), hecho trascendente con el cual iniciaba un nuevo rumbo la política agraria en el país. Política diferente a la establecida por su antecesor Lázaro Cárdenas, modificando con ello el trayecto fundamental de la economía de México.
México, en 1940, contaba con 20 millones de habitantes1, de los cuales el 78.13% era población rural, es decir, seguía siendo la base principal de la nación la población del campo.
La decisión de Ávila Camacho de no continuar con el mismo ritmo la reforma agraria de la Revolución trajo solo -pongamos de ejemplo el hecho- que la década 1930-1940 fue la mayor tierra repartida. La población urbana creció en forma moderada en un 2.1%, mientras que la siguiente década 1940-1950 la población de las ciudades creció en forma acelerada en un 7.03%, a causa del éxodo de campesinos sin tierra hacia las zonas urbanas, sin considerar la población que emigró hacia los Estados Unidos 2. El gobierno avilacamachista apenas repartió la cuarta parte de lo hecho por su antecesor, el reparto de 4, 964, 000 ha. benefició tan solo 131, 212 campesinos 3 contraste que justificó de esta manera:


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* Profesor-Investigador del Departamento de Preparatoria Agrícola y miembro del Programa de Investigación en Historia del Centro de Investigaciones Económicas, Sociales y Tecnológicas de la Agroindustria y la Agricultura Mundial (PROIH-CIESTAAM) de la Universidad Autónoma de Chapingo.
1Según el censo de 1940 fueron 19 millones 923 mil habitantes. Anuario Mexicano, México, tomado en Ortiz Monasterio, Fernando Tierra Profanada, historia ambiental de México. p. 232
2La población urbana creció en México con las siguientes proporciones.
De 1900 a 1910 - 1.24%. De 1910 a 1920 - 2.83%- De 1920 a 1930 -3.52%. De 1930 a 1940 - 2.1&, De 1940 a 1950 - 7.03%. De 1950 a 1960- 10.4%, De 1960 a 1970 - 9.3%, De 1970 a 1980 - 11.6%, Ibidem.



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El señor Lázaro Cárdenas le había correspondido el honor de quebrantar la estructura feudal de México latifundista, a él [decía Marte R. Gómez], a Manuel Ávila Camacho, le cabría el honor de plantear las bases de la nueva agricultura mexicana, sin dejar por ello de conceder tierras a todos los campesinos que no las hubieran recibido y quienes encargándoselas, pudiera liberar4.



La política agraria del sexenio de Ávila Camacho se dio de una manera en apariencia ambivalente; en su discurso como candidato a la presidencia habló de la importancia, tanto del ejido, como de la pequeña propiedad y se propuso defender las dos formas de tenencia de la tierra. Pero muy pronto su gobierno, de aparente política conciliadora, se inclinó a favor de la propiedad privada y el capitalismo en el agro, dejando rezagado al ejido. Bajo el argumento de que al gobierno del Gral. Ávila Camacho le correspondía iniciar una auténtica revolución agrícola, revolución técnica y científica, que convertía a sus agricultores en sujetos prósperos, tal revoluciòn solo estuvo al alcance de los agricultores ricos y en muy escaso margen para los campesinos pobres.
Otorgó apoyo político y económico a la propiedad privada del campo fomentando su crecimiento, al mismo tiempo se empezó a considerar el ejido como improductivo, así fue debilitándose poco a poco, favoreciendo las corrientes individualistas. La ley del 11 de diciembre de 1940 repartió parcelas individualmente, bajo el argumento de que se hacía para otorgar seguridad a los ejidatarios.
De esta forma se disimulan las preferencias a la propiedad privada por encima del ejido. Siempre que se adoptaba una medida favorable a la primera, buscaba otra menor, que en apariencia favorecía a ambas.
El descrédito del ejido se fijó en esos años como una idea dominante, se arguyó que era presa de una crónica productividad deficiente, mientras que a la pequeña propiedad se le señalaba como la opción más saludable para el campo.


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3Emilio Portes Gil. 15 años de política mexicana.
4El Nacional. México, 29 de agosto de 1946.


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El segundo Plan Sexenal, el del gobierno de Ávila Camacho, que decía favorecer al ejido, en la práctica nunca se llevó a cabo.
El crédito se canalizó con mayor proporción a la propiedad privada que al ejido5. Se modificó también la política de riego y distribución de agua, las reformas legislativas no beneficiaban más al ejido.
El reparto de tierras, deliberadamente lento, mantuvo a miles de campesinos sin tierra con la esperanza de que algún día recibirían una parcela; otros en cambio protestaron en forma pacífica; algunos no esperaron más promesas y emprendieron invasiones de tierras; y los menos arremetieron con una guerrilla, como la de Rubén Jaramillo en el estado de Morelos. El movimiento Sinarquista del centro del país creció. No obstante, ninguna protesta, invasión, movimiento o guerrilla, detuvo la nueva política agraria impuesta por el gobierno avilacamachista.

Durante el sexenio de Ávila Camacho el Departamento Agrario entregó 12,508 certificados de inafectabilidad que protegían 1,173, 123 hectáreas de propiedades privadas; también se entregaron 360 certificados de derecho de posesión a ganaderos, cuyas propiedades alcanzaron la cantidad de 3 517 638 hectáreas6. Mientras que el gobierno anterior, de 1936 a 1939, solo habían entregado 344 certificados de inafectabilidad.
No solo se detuvo la reforma agraria cardenista, sino que se llegó al grado de retroceder, como fue el caso del estado de Yucatán, donde por decreto del gobernador Novelo Torres, en abril de 1942 se regresaron empresas de elaboración primaria de henequén y otros productos de antiguos latifundistas, perjudicando a las cooperativas que durante 4 años habían trabajado beneficiando a los campesinos7.
El gobierno esgrimió el argumento de que Cárdenas había cerrado una época con la entrega masiva de tierras; ahora era necesario iniciar otra con distintos ideales. Decia Marte T. Gómez en su calidad de Secretario de Agricultura:



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5 En 1945 solamente el 14% de los ejidatarios del pais recibieron crédito del Banco Ejidal, en forma desproporcionada ya que los ejidatarios del norte (26.4%) recibieron el 72.2% del crédito total, mientras que los ejidatarios del centro de la república (50%) solo recibió el 17.9% del crédito. Shulgovski, Annatoli, México en la encrucijada de su Historia. p.484.
6 Seis años de actividad nacional. p. 179.
7 Anatoli Shulgovski. México en la encrucijada de su Historia. México, Ediciones de Cultura Popular, 1970, p. 485.



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El clamor de la República entera demanda ahora la consolidación material y espiritual de nuestras conquistas sociales en una economía próspera y poderosa.
Demanda una era de construcción, de vida abundante, de expansión económica8.


El objetivo no era el reparto agrario sino el impulso organizativo crediticio y tecnológico para la productividad agrícola. El país enfrentaba serias condiciones metereológicas y fisiográficas, apenas 15 millones de hectáreas -en 1940- se consideraban de labor (el 7.5% del territorio nacional), de las cuales 2,5 millones de hectáreas (17% de tierras de labor) eran de riego o humedad. Entonces la política agrícola del régimen se encaminó a las obras de infraestructura, el presupuesto sexenal para la construcción y mejoramiento del sistema hidráulico ascendió a la cifra de 641.5 millones de dólares, al grado que en 1946 el presupuesto a tal fin representó el 15.7% del total nacional (189 millones de pesos). Si de 1926 a 1940 la apertura y acondicionamiento fue de 284.195 hectáreas, el Secretario de Agricultura fomentó que se pusieran bajo riego 351.583 ha. y se mejoraron 306,912 ha9.
Se destinaron 15 millones de pesos para el financiamiento de maquinaria agrícola, dos terceras partes fueron para equipo pesado como tractores, canalizados a través del Banco Nacional de Crédito Ejidal, útiles para establecer centrales de maquinaria agrícola, los otros 5 millones fueron para arados e implementos. A los ejidatarios, y sobre todo a los pequeños agricultores, se les vendió el equipo, subsidiando el gobierno con un 33 a un 50%. También se ayudó a la compra de abonos y fertilizantes, a la vez que se emprendieron trabajos de experimentación para establecer las fórmulas de abonos que requería cada zona, tal fue el caso de la caña en Morelos, la papa en Guanajuato, chile en Aguascalientes.



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8El Nacional, México. 29 de agosto de 1946.
9 El Universal, México. 1º de octubre de 1946.
10 El Nacional. México. 29 de agosto de 1946.


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Se estimularon los trabajos genéticos para mejoramiento de semilla de maíz, que aumenta rendimientos entre un 20 y 30% más. Se difunden las semillas "Celaya" en León, Guanajuato. En los campos experimentales de Chapingo, Querétaro y Morelos, ya se expenden los granos múltiples. Se trabaja para producir semilla de trigo, arroz, ajonjolí, chile, frijol, caña de azúcar y algodón. Se empieza a mostrar otra faceta del agrónomo preocupado de nuevos cultivos y por mayores rendimientos, como hule, olivo, cacao. Incluso los pesticidas son parte de la actividad central de la nueva revolución agrícola, en la cual se dijo que todos participarían, pero los nuevos beneficiarios del empuje tecnológico fueron los grandes propietarios privados.
Las críticas también estuvieron presentes en la persona del Secretario de Agricultura, a raíz de que la Sociedad Agronómica Mexicana reprodujo un documento hecho por Marte R. Gómez en 1939 para ser utilizado en la elaboración del Segundo Plan Sexenal de 1940 a 1946. En dicho escrito censuraba a los Ministros de Agricultura por no haber remediado la importación de 500 mil toneladas de maíz y 300 mil de trigo. En 1946 se le echaba en cara que aumentaran las importaciones de granos: al respecto, el ingeniero Gómez replicó:



Aunque por razones políticas se intente proclamar la bancarrota de la agricultura mexicana... nadie ha contradicho, ni podría contradecir el hecho de que el campo de México exporta también valiosos y numerosos artículos de origen agropecuario y que éstos valen más que los artículos que importamos y arrojan así saldo favorable en la Balanza de Comercio de México11.


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11Idem.

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Un balance de la actuación de Marte R. Gómez como Secretario de Agricultura

Como Agrónomo de prestigio internacional y de reconocida capacidad de trabajo como funcionario, agrarista en su juventud y de posición moderada en política (ni radical ni conservador) resultó ser una magnífica elección como Secretario de Agricultura para el presidente Ávila Camacho y, por si fuera poco, un Secretario en que repetidas veces mencionó no participar en la política de régimen; sin embargo, en varias ocasiones fue el blanco de numerosos ataques en la política nacional. Salvador Novo resumió en pocas líneas la situación de Marte:



"Confieso que no me había preocupado por reflexionar si era o no justo que los periódicos se metieran siempre con Marte Gómez. No fue sino al tratarlo de cerca un poco, y al observar la serenidad, distinta del desdén, con que recibe esa clase de críticas que lo convierten el chivo expiatorio de todos los déficit agrícolas del país, cuando llegué a la tardía comprensión de la injusticia que se comete con él cuando se le culpa de que los braceros se vayan, de que no llueva, o de que los ferrocarriles no sean aeroplanos. La gente, en cambio, y los periódicos, no se fijan nunca en sus cualidades de funcionario, ni de persona; ni de su capacidad de trabajo, ni de la asiduidad con que a lo largo de su carrera pública se ha interesado lo mismo por la música que por la pintura, de que tiene en su casa excelentes obras mexicanas12."



Por segunda vez asumió la cartera de Agricultura, pero en condiciones totalmente distintas a las que había desempeñado en 1928-1930 con su amigo y paisano el Presidente Interino Emilio Portes Gil; ahora participaba con un régimen tan conservador como lo había sido el gobierno Callista, por lo menos en política agraria.
La política agraria (a partir de 1941) era muy semejante a aquella que había declarado 12 años atrás la "corriente conservadora" del Jefe Máximo: Que se le diera prioridad a la producción agrícola capitalista de la gran propiedad. Que al empresario privado del gran capital se le otorgaran todo tipo de facilidades y garantías como: mejores transportes, tarifas preferenciales, construcción de caminos, almacenes de depósito,créditos preferenciales -principalmente del Banco Nacional de Crédito Agrícola y otras instituciones bancarias-, aumento de proyectos y obras de irrigación (presas, canales, etc.), trato preferencial en la política fiscal, participación en la explotación forestal con apoyo técnico del gobierno, pero sobre todo la completa protección y garantías a los propietarios privados de las leyes agrarias que se expropian y limitan fincas privadas.
En un segundo plano quedaron los medianos y pequeños propietarios, quienes también recibirían facilidades en los aspectos técnicos, crédito e irrigación.


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12 Salvador Novo. La vida en México en el período presidencial de Manuel Ávila Camacho. p. 146.

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Por último quedó el sistema ejidal, condicionado en las dotaciones de tierras según la capacidad económica de los recursos de gobierno, para el pago anual fijo de la deuda agraria por concepto de indemnizaciones a propietarios que fueron expropiados para dicho reparto agrario. Por lo cual quedó muy restringida.
Se señaló muy claramente que el sistema ejidal sólo sería transitorio, solamente para capacitar a los pobres campesinos de los pueblos, para que gradualmente se conviertan en pequeños y medianos propietarios.
Se mencionaba también de una política de colonización que durante el sexenio avilacamachista se le llamó la “marcha hacia el mar”, que consistió en campesinos sin tierras de la meseta centras del país hacia las tierras improductivas de las costas. Esta última política fue estipulada por compañías norteamericanas, para la creación de plantaciones de guayule, palmeras y otros productos tropicales para la industria.
La ganadería tomó un papel importante en el campo mexicano bajo éste régimen.
Esta política agraria estimularía la industrialización y comercialización de la producción agrícola, con el apoyo técnico a los agricultores a través de la Escuela Nacional de Agricultura y otros centros de investigación y experimentación agrícola.
En suma esta fue la política agraria de un gobierno conservador que por la segunda guerra mundial se comprometió en apoyar en todo orden económico a los Estado Unidos.
El 6 de Abril de 1948, Marte le escribió a su amigo el escritor D. J. Rubén Romero lo siguiente: “Yo había entrado al gobierno del señor general don Manuel Ávila Camacho declarándole del modo mas categórico y espontáneo – por que el no me impuso condiciones- que me abstendría de hacer política. “Quiero demostrar - le dije cuando por primera vez hablamos de estas cosas, y al cabo de 7 años aquella declaración vale por la forma como la cumplí - que un agrónomo al frente de la Secretaria de Agricultura puede y debe hacer una labor exclusivamente técnica”. Durante el término de mi gestión me atuve rigurosamente a mis propósitos”13.
Efectivamente, Marte, por su posición política, no estaba comprometido a seguir la vía de apoyar la dotación de tierras y al sistema ejidal, como lo había hecho el régimen cardenista; su misión, según él, era exclusivamente técnica de agrónomo; y esa labor la desarrollo perfectamente.




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13 Marte R. Gómez, Vida política...op.cit. pp.836,844.

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Por eso dio muchos ejemplos a su amigo en la citada carta: “Mis trabajos, en su mayor parte, quedaron incógnitos.
Algunos de ellos, sin embargo, no eran despreciables. En Geodesia, en Cartografía en Climatología, en Hidrología, en experimentación agrícola- y esas son las bases en las que, con el tiempo, se puede fincar una agricultura próspera y estable- dejamos mucho más de los que nunca se había hecho y, ojalá que diciéndolo se remedie, porque yo no quiero mi éxito, si no el de México, apreciablemente más de lo que hoy esta haciendo" 14.

Marte no solo cumplió con el abastecimiento del azúcar, arroz, y otros productos que eran necesarios ante la premura de la Segunda Guerra Mundial, si no se interesó por fomentar la investigación para encontrar el remedio para le chahuixtle, o encontrar una semilla de trigo para nuestros climas, etc. Hizo gestiones para la adquisición de un microscopio electrónico para la Escuela Nacional de Agrícola (Chapingo) en 194315.
Su trabajo “técnico de agrónomo” lo hizo bien, sus beneficios pocos lo aprovecharon, ante las desigualdades del campo. Pues trabajo finalmente para un gobierno conservador, del cual trató de deslindarse:”. Y nunca se acusó seriamente de que hiciera política. Me abstuve de invertir en los asuntos de la [Confederación Nacional] Campesina, de asistir a tomas de posesión de gobernadores, de patrocinar candidatos, de agregarme a la cauda de los que podían ser una fuerza cerca del Presidente de la República y tener voz a la hora de buscarle sucesor. Creo haber sido, por ejemplo, el único ministro que no le hizo la corte al general Maximino, ni lo acompañó en banquetes y fiestas.” “… [todo ello, mi proceder,] no impidió que se me supusieran intenciones futuristas y, por las dudas, se me hizo política. Me atacaron, por ejemplo con motivo de que no confesaba yo que la política agraria de México ha sido un fracaso ni opinaba en el sentido de que debía restablecerse el amparo en materia agraria. Quienes así me mortificaban ni siquiera se detenían a examinar que el asunto era de la competencia del Departamento Agrario, cuyo titular no era yo.”
Ese deslinde de Marte R. Gómez le costó finalmente, al término de su función como Secretario de Agricultura, se le acusara injustamente de ser responsable de la fiebre aftosa en México.
Con el único propósito de truncar su carrera política, el no sumarse a las costumbres palaciegas del sistema, se le acusó de "Traidor a la Patria".



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14Ibid
15> Marte R. Gómez. Vida política... op.cit.,p. 669.


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